Descripción
Escena que se desarrolla al aire libre. La composición está dividida, horizontalmente, en tres partes bien diferenciadas: el agua cubre la parte baja, la vegetación en la parte central como nexo entre el agua y el cielo que ocupa el tercio superior. No obstante hay una perfecta unión entre esos tres espacios ya que el vegetación y el cielo se reflejan en el agua y un gran árbol ocupa una buena parte del celaje. Como referente humano, ante la grandiosidad del paisaje, se encuentran dos barcas en el límite del agua con la vegetación en la parte derecha del cuadro, a la vez que en el extremo izquierdo el agua va hacia el fondo. En una de las barcas hay dos personas sentadas, tal vez pescando. Sánchez Perrier realiza este paisaje con gran realismo y una minuciosa pincelada. Plasma los más mínimos detalles como son los pájaros volando o los detalles de las personas en las barcas. Aplica una paleta rica en verdes y grises, apreciable sobre todo en el reflejo de la vegetación en el agua, impregnando el paisaje en una cálida atmósfera.
Fue un pintor especialista en la pintura paisajística y maestro del paisajismo realista, aunque en los últimos años de su vida su estilo minucioso se acercó al impresionismo francés. A comienzos de la década de 1880, conoce en París la obra de Corot así como la de los pintores de la Escuela de Barbizón, de ahí su idea y creación de la colonia paisajística de Alcalá de Guadaira, lo que hizo surgir en el artista una nueva concepción del arte, tornando de éste modo su pintura hacia una visión completamente naturalista. Tiene un tamaño sin marco de 26cm x 34cm.
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