Descripción
Sin referencia espacial y geográfica, con fondo liso y una división diagonal en la parte baja de la composición para separar el suelo de la pared. Centra la escena un hombre de mediana edad, con ropa raída y oscura, tonos de marrones y verde, y con un calado bombín. De pie, casi apoyado a la pared sujeta entre sus manos un trombón, instrumento que está tocando ya que tiene la boquilla en la boca. El músico tiene un aire tristeza, pero transmite dignidad en su trabajo. El pintor resuelve la figura del músico con pinceladas pastosas y cortas, dando la impresión de crear duras aristas en su ajado traje. Por su parte el trombón y las carnaciones las elabora utilizando el pincel cuadrado de cerdas cortas, conformando con ellas las diferentes matizaciones para graduar la luz, que va de derecha a izquierda y crean el relieve de la figura. Para el magnífico fondo utiliza la espátula aplicando gamas de sepia, verde y blancos. Esta técnica llama la atención por su frescura e innovación, dentro de la trayectoria de Denis Belgrano, y que aplicará en posteriores trabajos de su tercera etapa. A modo de curiosidad hay que decir que las espátulas que utilizaba para sus composiciones, las creaba él mismo con finas cañas.
Esta obra junto a otras, forma parte de la temática que el pintor realizó para rendir homenaje a personajes populares. La figura del bizcochero o murguista es muy curiosa. Se denominaban así en el siglo XIX a estos grupos de músicos callejeros que frecuentaban las salidas de los bailes y fiestas sociales. Amenizaban con su música esos lugares, siendo obsequiados con bizcochos. Tiene un tamaño sin marco de 61cm x 40cm.
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