Descripción
Paisaje rural en zona montañosa. Centra la composición un casi imperceptible puente al que se llega por un amplio camino en diagonal, proveniente del ángulo inferior derecho. En torno al puente hay varias casas, una pequeña aldea, apreciándose tras ella y en un promontorio los restos de un catillo o fortaleza. Detrás de esta gran edificación hay unas altas montañas. En la parte izquierda del cuadro y junto al camino hay un amplio espacio compuesto por una agreste vegetación y rocas que sobresalen por ella, apreciándose al frente de éste pequeñas huertas y bancales. La parte alta de la composición está cubierta por un colorido celaje. Como elementos verticales se aprecian algunos troncos de altos árboles. Joaquín Mir resuelve este cuadro con gran luminosidad y a base de manchas de color, que casi rozan la abstracción, en el que predominan los verdes, ocres y morados. Trabaja con amplia y pastosa pincelada. Posiblemente este paisaje esté tomado del natural, pues el pintor iba por esa zona con un grupo de alumnos, pintando lo que percibían en ese momento. Este gran paisajista toma como referencia para la composición, independientemente del paisaje, el puente que da entrada a esa zona y da título al cuadro: El derecho de pontazgo fue un tributo cuyos orígenes se encuentran en la Edad Media en toda Europa y por el cual todas aquellas personas que cruzaban un puente debían pagar una cantidad (es lo que hoy se conoce como arancel o peaje). Durante el feudalismo constituyó un medio de financiación para los nobles en las tierras de su propiedad y que los vasallos debían pagar. En España, ese impuesto fue derogado en 1881. Obra pintada al Óleo sobre lienzo y tiene un tamaño sin marco de 72cm x 91cm.
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